Dinero (del latín
denarius,
denario, moneda romana) es todo medio de intercambio común y
generalmente aceptado por una sociedad que es usado para el pago de bienes
(mercancías),
servicios, y de cualquier tipo de obligación (deudas). Actualmente, el tipo de
dinero que manejamos en el día a día es dinero
fiduciario.
FUNCIONES:
Medio de
intercambio: para evitar las ineficiencias de un sistema del trueque.
Cuando un bien es requerido con el solo propósito de usarlo para ser intercambiado
por otras cosas, posee esta propiedad. Por ejemplo, pocas personas conservan
billetes para colección. En cambio, la mayoría de las
personas los conservan por la posibilidad de intercambiarlos cuando lo deseen
por otros bienes. Además, el dinero debe ser un bien ligero y fácil de
almacenar y de transportar.
Unidad
contable: Cuando el valor de un bien es utilizado con frecuencia para medir
y comparar el valor de otros bienes o cuando su valor es utilizado para
denominar deudas, se dice que el bien posee esta
propiedad. Por ejemplo, si los miembros de una cultura se inclinan por medir el
valor de las cosas en referencia a las cabras, las cabras serían
la principal unidad contable. Un caballo podría costar 10 cabras y una cabaña
unas 45 cabras. La unidad de cuenta significa que es la unidad de medida que se
utiliza en una economía para fijar los precios.
Conservación
de valor: Cuando un bien es adquirido con el objetivo de conservar el valor
comercial para futuro intercambio, entonces se dice que es utilizado como un
depósito de valor. El bien escogido como medio de acumulación debe ser siempre
algo que pueda guardarse durante largos periodos sin que se deteriore. El
dinero es un depósito de valor pero no el único, cualquier activo que mantenga
su poder adquisitivo a lo largo de tiempo servirá como depósito de valor.
HISTORIA:
En el neolítico,
con la aparición de la agricultura y la ganadería, apareció la primera economía
de producción y se produjo un excedente; una cantidad de bienes que no
necesitan ser consumidos. Esto dio lugar a la posibilidad de alimentar a
personas que no necesitaban trabajar la agricultura o la ganadería y podían
dedicarse a producir otros productos, como la cerámica, e intercambiarlo por el
excedente producido. Ello permitió la primera forma de comerciar, el trueque,
intercambiando directamente bienes y servicios por otros. Con el tiempo, esta
forma de intercambio se consideró ineficiente y se puede explicar con el siguiente
ejemplo:
El problema es que, en ese momento, los
intercambios dependían de la demanda de cada individuo en cada momento, siendo
un trámite lento y difícil adaptarse a las urgencias inmediatas de cada
individuo.
Al final, acabaron apareciendo ciertos bienes que
son más fácilmente intercambiables que otros, de forma que los individuos los
demandan, no por su utilidad, sino por su especial capacidad para circular por
el mercado, para servir de moneda de cambio. O sea en definitiva, por su
liquidez. Un claro ejemplo serían los cigarrillos en el ambiente carcelario,
que serían utilizados incluso por los no fumadores para cambiar por otros
bienes, o los chocolates en Europa después de la Segunda Guerra Mundial,
producto que por su aguda escasez sirvió informalmente para niños y adultos
como moneda de cambio de otros bienes. Estos ejemplos ilustran que estas
circunstancias permiten el intercambio de bienes y servicios. Y en las
civilizaciones más próximas a la actualidad, esa especie de aceptación
generalizada es el dinero, que facilita las transacciones comerciales de una
manera más fácil y sencilla que el trueque, favoreciendo de este modo la
expansión del comercio.
Con el paso del tiempo, el oro y la plata fueron
ampliamente usados como dinero debido a que su valor es aceptado mundialmente,
y también debido a la facilidad de transporte, a las ventajas de la
conservación, etcétera. Para garantizar o certificar que un trozo de metal o
moneda contenía una cierta cantidad de oro y/o plata, se comenzó la acuñación,
a modo de garantía o certificación, por parte de entidades reconocidas y
respetadas (reinos, gobiernos, bancos), que avalaban el peso y la calidad de
los metales que contenían.
Las primeras monedas
que se conocen, se acuñaron en Lidia, la actual Turquía
en el Siglo VII a. C. Monedas de un tercio de estátera, acuñadas a
principios del siglo VI a. C.
De acuerdo con Heródoto,
el pueblo lidio fue el primero en introducir el uso de monedas
de oro y plata, y también el
primero en establecer tiendas de cambio en locales permanentes. Se cree que
fueron los primeros en acuñar monedas estampadas, durante el reinado de Giges, en la segunda
mitad del siglo VII a. C.[3] Otros numismáticos
remontan la acuñación a Ardis II. La primera moneda fue hecha de electro
(aleación de oro y plata),[4] con un peso de 4,76
gramos, para poder pagar a las tropas de un modo regulado.[5] El motivo del
estampado era la cabeza de un león, el símbolo de la realeza. El estándar lidio
eran 14,1 gramos de electrón, y era la paga de un soldado por un mes de
servicio; a esta medida se le llamó estátera.
Fue necesaria una evolución en la cual los Estados emitían
billetes y monedas, que daban derecho a su portador a intercambiarlos por oro o
plata de las reservas del país. La evolución del respaldo del papel moneda
es el siguiente:
En los siglos XVIII y XIX, muchos países tenían un
patrón de dos metales, basado en oro y plata.
Entre 1870 y la Primera Guerra Mundial se adoptó
principalmente el Patrón oro, de forma que cualquier ciudadano
podría transformar el papel moneda en una cantidad de oro equivalente.
En el periodo entre guerras mundiales se trató de
volver al Patrón Oro, si bien la situación económica y la
crisis o crack del 29 terminó con la convertibilidad de
los billetes en oro para particulares.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los aliados
establecieron un nuevo sistema financiero en los acuerdos de Bretton Woods,
en los cuales se establecía que todas las divisas serían convertibles en
dólares estadounidenses y sólo el dólar estadounidense sería convertible en
lingotes de oro a razón de 35 dólares por onza para los gobiernos extranjeros.
En 1971, las políticas fiscales expansivas de los
EE.UU., motivadas fundamentalmente por el gasto bélico de Vietnam, provocaron
la abundancia de dólares, planteándose dudas acerca de su convertibilidad en
oro. Esto hizo que los bancos centrales europeos intentasen convertir sus
reservas de dólares en oro, creando una situación insostenible para los EE.UU.
Ante ello, en diciembre de 1971, el presidente de EE.UU., Richard Nixon, suspendió
unilateralmente la convertibilidad del dólar en oro para el público y devaluó
el dólar un 10%. En 1973, el dólar se vuelve a devaluar otro 10 %, hasta
que, finalmente, se termina con la convertibilidad del dólar en oro también
para los gobiernos y bancos centrales extranjeros.
Desde 1973 hasta nuestros días, el dinero que hoy
usamos tiene un valor que está en la creencia subjetiva de que será aceptado
por los demás habitantes de un país, o zona económica, como forma de
intercambio. Las autoridades monetarias y Bancos Centrales no pretenden
defender ningún nivel particular de tipo de cambio, pero intervienen en los
mercados de divisas para suavizar las fluctuaciones especulativas de corto
plazo, con el objetivo de mantener a corto plazo la estabilidad de precios, y
evitar situaciones como la hiperinflación,
que hacen que el valor de ese dinero se destruya, al desaparecer la confianza
en el mismo, o como la deflación.
TAREA:
*COMO SE CREA EL DINERO. ILUSTRE
*¿QUÉ ES LA INFLACIÓN Y COMO SE ORIGINA?.
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